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sábado, 11 de febrero de 2012

MODULO 3

Fabordón

La última forma de polifonía primitiva, llamada “fabordón” (de faux baurdin: falso bajo) consistía en la unión  de dos o tres melodías a la distancia de una tercera (por ejemplo: de Do a Mi) o de una sexta (como de Do a La).

Estos intervalos de terceras y sextas habían sido utilizados por los ingleses desde tiempo atrás en la música popular y se cosideraron desagradables hasta el siglo XIII en que se aceptó.

En un piano se puede fácilmente apreciar el efecto de las terceras y las sextas propias del fabordón y compararlo con el efecto de las cuartas y quintas, propias del discantus y el organum.

Haz clic en los videos para ver los ejemplos:

Intervalo de 3ª

Intervalo de 5ª

 Intervalo de 4ª

Intervalo de 6ª


Si tocamos al mismo tiempo un Do y un Fa, o un Do y un Sol (cuarta y quinta respectivamente) tendremos un sonido de timbre hueco y pobre, en comparación con la sonoridad obtenida al tocar Do-Mi (tercera) o Do-La (sexta)  de timbre más dulce y suave. Más adelante veremos cómo el fabordón será la base del desarrollo armónico.

Mientras el arte de la polifonía iba recorriendo un gran camino, los trovadores iban desapareciendo poco a poco.


Motete

Los últimos trovadores (que ya conocían y utilizaban la notación mensural) empezaron a escribir canciones polifónicas. Estas canciones llamadas “motetes” aparecieron en el siglo XIII, y consistieron, según la técnica polifónica, en tres, cuatro o cinco voces (por voz entendemos “hilos melódicos” o melodías que se desarrollaban al mismo tiempo).

Por su carácter popular (rasgo sumamente apreciado por el pueblo) los motetes cautivaron muy pronto el gusto general. Una particularidad del motete, difícil de comprender para nosotros, es que cada una de las diversas melodías que simultáneamente lo integraban, eran cantadas con textos distintos.
Si oyéramos en la actualidad a cuatro cantantes entonando melodías diferentes que coincidieran armónicamente, pero que tuvieran textos y hasta temas diferentes, nos parecería absurdo. Sin embargo en la época  a que nos referimos podemos explicarlo, por la necesidad intuitiva de plenitud sonora, y justificarlo por la independencia rítmica y melódica que así se obtiene.


Contrapunto
La técnica para escribir música polifónica, se llama contrapunto (punto contra punto, o sea nota contra nota) y abarca las leyes y normas que rigen el movimiento simultáneo de las voces.

La técnica ingeniosa del contrapunto, añadida a una rica inspiración popular, hacen del motete la pieza más apreciada de música profana, que alcanzó gran boga en el siglo XIV. A tal punto se popularizó que el Papa Juan XXII en el año 1324 trató de frenar esta popularidad “innoble” con una bula.

Imitación y Canon
Uno de los recursos más utilizados en la música polifónica, es la imitación; así una melodía que aparece en una de las voces, es imitada luego por las otras, mientras todas se desenvuelven simultáneamente.
Pongamos un ejemplo conocido: Todos hemos cantado “Martinillo”, o campanero.

El texto dice así:

          Martinillo, martinillo
          Dónde estás, dónde estás
          Suena la campana, suena la campana
          Din don dan, din don dan.

La melodía es introducida por una de las cuatro voces, entendiendo por voz, una línea melódica.
Al empezar el segundo verso de la primera voz, una segunda voz empieza a entonar el primer verso de la melodía. Al terminar este primer verso, otra voz, inicia nuevamente el mismo primer verso de la melodía y así sucesivamente. Cada una de las voces continúa su camino hasta el final, y lo reinicia inmediatamente.
Así aparece una serie de imitaciones ininterrumpidas; este recurso musical, recibe el nombre de “Canon” y antiguamente recibió los nombres de rota, raedel, rueda o rondellus.

Fuga
Otra forma basada en la imitación es la fuga, que se convitió en el esquema predilecto de la música polifónica.

Sobre el Canon y la Fuga, hablaremos extensamente en el tema referente a las formas musicales, La polifonía, como un juguete nuevo, empezó a cautivar el genio de muchos compositores, y por ello a desarrollarse y recorrer un grandioso camino en los centros progresistas y culturales de la época, así como en las grandes catedrales góticas.

Colaboración de: Miguel Ángel González Plata (guitarrista de *Golden Years Band*)

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